Six Kings Slam 2025: ¿Dominio absoluto o brecha insalvable en el tenis?

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Six Kings Slam 2025: La élite del tenis se enfrenta en Arabia Saudita

El mundo del tenis se prepara para el Six Kings Slam 2025, un torneo que promete emociones fuertes y premios aún más impactantes. Tras la victoria de Jannik Sinner en 2024, embolsándose la asombrosa suma de seis millones de dólares, el italiano regresa para defender su título en Riyadh.

Sinner, con tan solo 24 años, se enfrentará a rivales de la talla de Stefanos Tsitsipas y, posiblemente, a Novak Djokovic en las semifinales. Una eventual final podría cruzarlo con Carlos Alcaraz, Taylor Fritz o Alexander Zverev. Tres partidos, seis millones de dólares en juego. Seis victorias en dos años significarían doce millones de dólares: una cifra que define la magnitud de este evento.

Premios que eclipsan los Grand Slams

Si bien los premios en los Grand Slams están en aumento, ninguno se acerca al Six Kings Slam, respaldado por Arabia Saudita y Netflix. El US Open ofrece $5 millones al campeón, Wimbledon cerca de $3.8 millones, Roland Garros $2.7 millones y el Australian Open $2.2 millones. Incluso las Nitto ATP Finals en Turín pagarán hasta $5 millones al ganador en 2025. Estas sumas, aunque significativas, palidecen ante la magnitud del circuito de exhibición.

¿Dos circuitos paralelos en el tenis profesional?

Más allá de las complejas cuestiones éticas que rodean las inversiones deportivas de Arabia Saudita, uno de los mayores desafíos que enfrenta la ATP es la existencia de dos circuitos distintos. Novak Djokovic, con 38 años, ha promediado menos de 40 partidos en las últimas dos temporadas, pero su rendimiento de élite en eventos selectos lo mantiene cómodamente entre los cinco primeros del mundo. El acuerdo de dopaje de Sinner, por ejemplo, fue visto por muchos como un período de descanso forzado que podría, paradójicamente, mejorar su juego a largo plazo.

La brecha entre la élite y el resto

La enorme cantidad de dinero en premios y patrocinios que ganan los mejores jugadores les permite contratar a los mejores equipos de rendimiento, entrenar a un nivel de élite, mantenerse en forma y saludables por más tiempo y analizar a sus oponentes para ser los mejores. El resto del circuito no tiene tales lujos. Esto crea una brecha cada vez mayor entre los que tienen y los que no tienen, una división que podría alterar el futuro del tenis profesional.

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