Joaquín Sabina, el trovador de Úbeda, se despidió definitivamente de los escenarios con un emotivo concierto en el Movistar Arena de Madrid. Ante 12.000 almas, el cantautor dijo adiós a su público, marcando el final de la gira "Hola y adiós", que ahora se convierte en un simple y sentido "adiós". El concierto, cargado de emoción, repasó sus grandes éxitos, desde "Yo me bajo en Atocha" hasta "Princesa", recorriendo los diecisiete álbumes que han marcado su carrera.
Un Adiós Lleno de Lágrimas y Recuerdos
El adiós de Sabina no fue un evento cualquiera. Fue una noche donde las lágrimas, tanto del artista como del público, fluyeron libremente. El cantautor, visiblemente emocionado, se despidió sacándose el sombrero ante una ola de ovaciones. La atmósfera era palpable, un sentimiento de gratitud y nostalgia inundaba el recinto. No faltaron personalidades del mundo de la política y el espectáculo, como Alberto Núñez Feijóo, Borja Sémper, Víctor Manuel, Ana Belén, Dani Martín y Amaia Salamanca, entre otros, quienes no quisieron perderse este momento histórico.
Más que un Concierto, una Despedida
"Este concierto en Madrid es el último de mi vida y por tanto el más importante", declaró Sabina, dejando claro el significado de la noche. A pesar de los 76 años y una carrera llena de altibajos, Sabina demostró que su voz y su poesía siguen resonando en el corazón de sus seguidores. El concierto, que comenzó apenas nueve minutos después de la hora programada con el tema "El último vals", se extendió por más de dos horas, tiempo suficiente para repasar los himnos que han acompañado a varias generaciones.
- El Último Vals
- Yo me bajo en Atocha
- Princesa
- 19 días y 500 noches
- Y nos dieron las 10
- Pongamos que hablo de Madrid
¿Un Hasta Luego o un Adiós Definitivo?
Aunque Sabina se despide de los "escenarios multitudinarios", deja la puerta abierta a futuras apariciones. “Se guarda el maestro “el as de reaparecer a placer, sea porque las musas me susurren poemas o canciones que merezca la pena compartir, o porque me piquen las ganas de subirme a cualquier entarimado para darme, darnos, un homenaje”. Lo que sí parece seguro es que las grandes giras han llegado a su fin. Madrid fue testigo de un adiós emocionante, un réquiem a una carrera que ha dejado una huella imborrable en la música en español.