Peajes por congestión en Nueva York: ¿Éxito o robo a mano armada?
El controvertido programa de tarificación por congestión en la ciudad de Nueva York ha alcanzado los seis meses de implementación, generando un intenso debate sobre sus beneficios y perjuicios. Mientras la gobernadora Kathy Hochul celebra los resultados como un éxito rotundo, críticos denuncian un robo a mano armada que afecta especialmente a la clase trabajadora.
¿Éxito según Hochul?
Según la gobernadora Hochul, el programa ha logrado reducir el tráfico, acelerar el flujo vehicular y aumentar el número de pasajeros en el transporte público. Datos de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) respaldan esta afirmación, mostrando un aumento en la velocidad promedio de los autobuses en la zona de congestión y una disminución del 8% al 13% en la cantidad de vehículos que ingresan al área.
Críticas y controversias
Sin embargo, la implementación de los peajes por congestión ha desatado una ola de críticas. Se argumenta que estos peajes representan una carga financiera desproporcionada para los neoyorquinos de clase media y trabajadora, obligados a pagar para circular por carreteras que ya financian con sus impuestos. Además, se señala que los costos adicionales impactan negativamente a las empresas, especialmente a los distribuidores de alimentos y restaurantes pequeños.
Impacto en los negocios
- Distribuidores de alimentos enfrentan costos adicionales significativos.
- Empresas como FreshDirect trasladan los costos a los clientes.
- Pequeños restaurantes se ven afectados por los mayores gastos.
¿Un plan oculto?
Algunos críticos sugieren que la implementación del programa fue postergada deliberadamente hasta después de las elecciones de noviembre pasado, con la esperanza de que los votantes olvidaran o se resignaran al impacto económico. Se advierte que, de ser reelegida, Hochul podría duplicar los peajes en un futuro cercano.
Más allá de Manhattan
Un informe de la Regional Plan Association (RPA) revela que los beneficios del programa se extienden más allá de Manhattan, con una reducción del 9% en los retrasos del tráfico fuera de la zona de congestión. El Bronx experimentó una disminución del 10% en los retrasos, mientras que 12 municipios en el condado de Bergen, Nueva Jersey, registraron una reducción del 14%.
El debate sobre los peajes por congestión en Nueva York continúa, con defensores y detractores argumentando sobre sus beneficios y perjuicios. La pregunta clave es si este programa representa una solución efectiva para los problemas de tráfico de la ciudad o un mero robo a mano armada disfrazado de iniciativa verde.