Boca: Riquelme, Paredes y un Gesto que Marcó una Era en la Bombonera

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El fútbol, más allá de goles y tácticas, está repleto de instantes cargados de simbolismo. Uno de ellos ocurrió el 24 de noviembre de 2013 en la Bombonera, un día que quedó grabado en la memoria de los hinchas de Boca Juniors. En un partido frente a All Boys, Juan Román Riquelme, ídolo indiscutible del club, le cedió la cinta de capitán a un joven Leandro Paredes. Un traspaso generacional que, aunque no se concretó en ese momento, resonaría con fuerza en el futuro.

El Contexto: Un Boca en Transición

Aquel Boca no era el de sus mejores épocas. Riquelme, aquejado por lesiones, veía cómo un nuevo talento emergía en el mediocampo. Paredes, con la sombra del ídolo proyectándose sobre él, buscaba consolidarse en un equipo dirigido por Carlos Bianchi. El entrenador, exigente, demandaba mayor protagonismo al joven jugador.

El Partido y el Gesto

En el minuto 15 del primer tiempo, Riquelme debió abandonar el campo por una lesión. Fue entonces cuando se produjo la imagen icónica: Román, al salir, le entregó la cinta de capitán a Paredes. Un gesto que muchos interpretaron como un legado, una señal de que el futuro del equipo pasaba por los pies del joven mediocampista.

Sin embargo, Paredes no se quedó con la cinta en ese momento. La historia cuenta que la devolvió, quizás abrumado por la responsabilidad o consciente de que aún no era su momento. La capitanía recayó en otro jugador, pero la semilla ya estaba plantada.

El Legado: Paredes Capitán

Años después, Leandro Paredes se consagró como un jugador de renombre internacional. Jugó en Europa, ganó títulos y se convirtió en un referente de la Selección Argentina. Y, finalmente, llegó el día en que portó la cinta de capitán desde el inicio, cumpliendo aquella promesa tácita que Riquelme le había hecho en la Bombonera.

La historia de Riquelme y Paredes es un ejemplo de cómo el fútbol puede trascender lo deportivo y convertirse en un relato de legados, transiciones y sueños cumplidos. Un instante capturado en una fotografía que, con el tiempo, adquirió un significado aún mayor para los hinchas de Boca Juniors.

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