¡Escándalo cultural! ABBA excluido del canon sueco: ¿nacionalismo?
Suecia sin ABBA: ¿Un canon cultural polémico?
La reciente propuesta de un "canon cultural" sueco ha desatado una fuerte controversia al excluir a ABBA, el icónico grupo pop, y a cualquier manifestación cultural posterior a 1975. Esta decisión ha sido calificada de "excluyente" y "proyecto educativo nacionalista" por críticos que ven en ella un intento de definir una identidad sueca estrecha y limitada.
El canon, impulsado por la coalición de derecha en el poder y apoyado por los Demócratas de Suecia (un partido antiinmigración), incluye elementos como la Biblia de Gustavo Vasa de 1541, Pippi Calzaslargas, IKEA, el derecho a la libre circulación, la licencia de paternidad, los cantos Sámi (joiks), el Premio Nobel y obras de Ingmar Bergman y August Strindberg. Si bien estos elementos son innegablemente importantes para la cultura sueca, la omisión de ABBA y otros hitos culturales más recientes ha generado indignación.
Lars Trägårdh, el historiador a cargo del comité del canon, defendió la iniciativa argumentando que Suecia necesita abrazar un "nacionalismo democrático". Según Trägårdh, la cultura sueca desde la Segunda Guerra Mundial se ha caracterizado por el modernismo, el internacionalismo y el multiculturalismo, lo que ha desviado la atención de la cultura y la nación sueca tradicional.
Sin embargo, críticos señalan que la exclusión de ABBA, un grupo que trascendió fronteras y se convirtió en un símbolo global de la música pop, es una muestra de una visión estrecha y poco representativa de la cultura sueca contemporánea. La banda, formada en 1972 y ganadora del Festival de Eurovisión en 1974 con su éxito "Waterloo", ha dejado una huella imborrable en la historia de la música y es considerada uno de los mayores exponentes de la cultura sueca en el mundo.
La lista del canon se divide en 11 categorías, incluyendo poemas, música, economía, religión e invenciones. La exigencia de que todos los elementos incluidos tengan al menos 50 años de antigüedad parece ser la razón oficial de la exclusión de ABBA, aunque muchos consideran que esta justificación es insuficiente.
La polémica en torno al canon cultural sueco pone de manifiesto la tensión entre la preservación de las tradiciones y la necesidad de reconocer la diversidad y la evolución de la cultura en un mundo globalizado. ¿Debería un canon cultural centrarse únicamente en el pasado o también reflejar las manifestaciones culturales más recientes y relevantes?